Los que escuchan, Diego Sánchez Aguilar

     


            En Los que escuchan de Diego Sánchez Aguilar (Cartagena, 1974) asistimos a la historia de dos hermanas, Asunción y Esperanza. Asunción trabaja en una empresa de marketing, representa al espíritu conservador y capitalista, al ideal socialmente aceptado de “tener un trabajo, formar una familia”. Por el contrario, Esperanza es el espíritu liberal, tuvo una adolescencia punk, representa el lado artístico, el comprometido con el medio ambiente, pero también representa la duda y la crítica, pues ella misma se plantea la utilidad de sus reivindicaciones. Lo que une a las hermanas, además de la sangre, es la ansiedad. Asunción vive en la ansiedad consumista, la presión del trabajo, el miedo a ser despedida, a no ser la mejor en su trabajo. La secuencia en la que llega tarde y está atrapada en un atasco me ha parecido fabulosa, un reflejo del estrés y la rapidez en la que vivimos. Por otro lado, Esperanza se siente atormentada por una denuncia que hizo en su adolescencia a sus amigos y por la ecoansiedad que padece. Esperanza es pura contradicción y ahí radica la hondura del personaje: de reivindicarse ante al cambio climático a plantearse la utilidad de sus actos; de considerar a la familia como un sistema egoísta, a terminar cuidando de su madre enferma.

Las tramas de las hermanas analizan temas serios, profundos, y alrededor de ellos vemos las pinceladas de la Cumbre del Futuro que se está produciendo y a la que el autor va haciendo referencia a lo largo de la novela. Aquí encontramos el contrapunto de lo anterior, el punto cómico, la parodia representada por los políticos de la cumbre. Denominados Francia, Estados Unidos o Su presidente, etc… todos están desposeídos de nombre propio, aparecen deshumanizados y se vislumbra la crítica hacia su incapacidad para solucionar el problema del cambio climático, cualquier problema en general. También aparece Ulises, compañero de Esperanza en la universidad, que a través de su podcast hace un llamamiento a los acusmáticos, a aquellos que escuchan y que tendrá un papel fundamental en la Cumbre del Futuro.

Resulta complicado resumir la trama de una novela tan completa y compleja, pero a partir de estos ingredientes Diego Sánchez Aguilar crea de una forma magistral una variedad temática necesaria que sitúa al lector frente a la duda, ante el análisis de la actualidad. Hay una crítica al consumismo, al lenguaje del marketing, al sistema político, a las relaciones familiares, al ritmo de vida actual, a la salud metal de los protagonistas. En cada secuencia nos situamos ante fragmentos de vida para ahondar con los personajes en sus problemas, en sus dudas y plantearnos qué sociedad hemos construido. A veces el hilo narrativo se sirve del polisíndeton, de la oración copulativa para ir acumulando ideas, para reflejar esa rapidez en la que buceamos cada día. Un libro que invita a escuchar, que la sociedad necesita y que yo he disfrutado mucho porque tengo la sensación de haber sido testigo de algo grande. He terminado tocado, sintiendo que las ideas del libro siguen aún abriéndose camino dentro de mí y que poco a poco irán brotando porque, sin ser consciente, han ido empapándome a lo largo de sus quinientas páginas.

Y, por supuesto, hay un sonido, un sonido que solo escuchan algunos personajes como Asunción, que aparece por la noche atormentándola. Un sonido que tal vez sea la tierra pidiendo auxilio, o sea la vida pidiendo pausa, relajar la tensión. Un sonido que no necesariamente aparece a quien escucha, porque solo sabemos hablar y en el relato está la mentira, porque la verdad no se cuenta ni se canta ni se dice: la verdad se escucha.

 

Datos del libro

Título: Los que Escuchan

Autor: Diego Sánchez Aguilar

Editorial: Candaya

Páginas: 539

Año de publicación: 2023

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