Solo quería bailar, Greta García

La voz que no enmudece, la más sincera, es aquella que se lanza en el mismo abismo, en la caída. En la caída no hay nada que perder, nada que demostrar, pero sí una necesidad de poner las cosas en su sitio. Desde esa incómoda, pero, a la vez, cómoda distancia Greta García ( Sevilla, 1992) sitúa a su personaje Pili, la protagonista de Solo quería bailar ( Ed. Tránsito ) , una joven bailarina a la que la vida le ha llevado a tomar una serie de decisiones que han terminado llevándola a prisión. La protagonista se presenta ya así, es prisión y víctima de una situación disparatada: se ha introducido un cepillo de dientes en el culo y este ahora no quiere salir. De este hecho anecdótico unido a la voz de la protagonista (el libro emplea el andaluz coloquial, andalú o andalusí sí se desea) se desprende una gran comicidad, un desparpajo que, tal vez, al lector distraído puede ocultar un verdadero grito reivindicativo, toda la rabia, toda la crítica social que Pili siente. Porque Pili ya ha...